Roma se puede disfrutar en cualquier época del año, aunque cada temporada tiene su encanto. La primavera (marzo a junio) y el otoño (septiembre a noviembre) son las épocas más recomendadas por su clima agradable, ideal para recorrer la ciudad a pie y disfrutar de sus plazas y parques. Durante el verano, aunque el calor puede ser intenso, también se celebran múltiples eventos y la ciudad vibra con vida. El invierno permite disfrutar de una Roma más tranquila, perfecta para explorar su rica historia sin las multitudes.