Bariloche es un destino que irradia belleza en cada estación, pero cada una ofrece una experiencia única. El invierno, de junio a septiembre, es ideal para los amantes de los deportes de nieve, con estaciones de esquà mundialmente reconocidas como Cerro Catedral. En verano, de diciembre a marzo, las temperaturas agradables transforman el paisaje en un vibrante lugar para realizar senderismo, ciclismo de montaña y explorar sus deslumbrantes lagos. La primavera y el otoño son igualmente espectaculares, con colores naturales cambiantes y menos turistas, perfectos para disfrutar de la tranquilidad de los paisajes patagónicos.